-… Bien, estoy esperando, dime ya cual es tu tercer deseo.
-Guau… ¿Eres un genio?… Pero, ¿Cómo que el tercer deseo?. ¿Y que pasa con los dos primeros?.
-Tu segundo deseo fue: olvidar todo lo que supistes desde justo un instante antes de que te concediese tu primer deseo.
– ¿Cómo?. ¡No me lo puedo creer!,… ¿porqué iba a desear semejante cosa? ,yo quiero conocer… ¡está bien!, mi tercer deseo es recordar todo lo que he olvidado, todo lo que alguna vez haya sabido y ahora se me haya olvidado.
-Justo ese fue tu primer deseo.
Y entonces el genio desaparecio entre una nube de humo azulado.
Puede ser que el olvidar sea saludable, más aún que el recordar en algunos casos.