En la actual democracia el pueblo no siempre tiene la razón, pero tampoco se puede tener la razón solo contra el pueblo. El arte de argumentar es la mejor escuela de la democracia. Pero frente a la indigencia de pensamiento en nuestro país sólo presentamos desnudez y miséria..
Después de las elecciones los ánimos no han cambiado, por el contrario. Los que votaron por morena se sienten empedrados y atacan cualquier situación, desde querer arreglar una supuesta conspiración contra Pedro Infante hasta enjuiciar a Peña Nieto. Los que esperaban el triunfo del PRI del PAN han ido viendo como sus temores para no votar por Morena se van convirtiendo en realidad.
La división, me queda claro, no parará en Diciembre, seguirá por muchos años, sobre todo empujada desde las oscuridades de la Web donde se producen memes y noticias falsas que son rápidamente convertidas en argumentos sin sentido para ambos lados. El tener ocupados a estos grupos en alegatos que son de juicio fácil pero que si los razonas sin imposibles de demostrar.
Pero la clase política ya bajó su nivel de argumentación también a denostaciones sin sentido y que son de un nivel francamente deplorable. Lily Telles, comentarista y ahora Senadora electa de Sonora por Morena ha estado atacando a la Gobernadora del Estado con argumentos insostenibles y ridiculizandola. En otras palabras como si estuviera en el Facebook cualquier ciudadano con poca responsabilidad haciendo comentarios. Quizás es lo que se intenta desde la nueva administración, convertir el diálogo constructivo en mitotes destructivos. Sin sentido, sin datos que sostengan la aseveraciones, sin raciocinio en los argumentos, en fin, perder todo el nivel en la oratoria.
Durante la decada de los 80s en México una nueva corriente democrática comenzó a surgir dentro del PRI. De ahí se crea el PRD con la salida del partido de Muñoz Lerdo, Cárdenas Solórzano e Ifigenia Martínez. Ya desde 1963 había quedado asentado en la Constitución la creación de legisladores plurinominales para dar representatividad a los partidos pequeños en el congreso y esto fue ayudando poco a poco a que partidos como lo era el naciente PRD en los 90`s, fuera teniendo más escaños. Fue lento el proceso, pero hoy tenemos dirigiendo al país a Morena, un partido que sin esas reglas difícilmente hubiera llegado.
Entonces las leyes de los Congresos Estatales se fueron confeccionando para que no hubiera un partido hegemónico sino que la balanza dentro del legislativo permitiera diálogos y gestiones para que fueran saliendo las leyes con estos controles. Sin embargo las cosas cambiaron drásticamente este 1ro de Julio, no se esperaba tener un partido que pudiera tener controlado de manera tan abrumadora los poderes, como ahora en el caso de Morena.
En algunos Estados, como en Sonora, las legislaturas aún vigentes se dan cuenta que se está a punto de perder gobernabilidad y se apresuran a modificar las Constituciones locales para que los contrapesos sigan funcionando y el Ejecutivo no quede a merced de un sólo partido en el legislativo.
Por ejemplo, la modificación a la Ley que se ha dado en llamar “Ley Veto”, permite al Ejecutivo Estatal enviar la propuesta de presupuesto, el legislativo la observa y si queda demasiado cambiada que no puede la Gobernadora trabajar con ella, entonces la observa y se la manda de nuevo al legislativo para su aprobación. Si no le gusta a los Diputados el jueguito comienza en ir y venir, pero hay una fecha límite y si no se han puesto de acuerdo se aprueba la del año pasado para que el Estado no se paralice.
Esto obliga a los poderes Ejecutivo y Legislativo a encontrar como entablar el diálogo, a entenderse se una u otra manera. Ya que si las leyes siguen como estaban entonces el Estado corre el riesgo de paralizarse, entre otras cosas.
Este es uno de los cambios que se están haciendo en varios Estados y es por la nueva realidad que tenemos, un Presidente todopoderoso que en una República puede llegar a ser un peligro ya que deja de existir la división de poderes tan necesaria en una democracia y que no tenemos ni 20 años de estar más o menos practicándola.
Todo lo anterior al ciudadano de pié no le importa, no quiere saberlo mucho menos leerlo. Sin haber visto ni siquiera el documento de la ley emiten un juicio antes de pensar y comienzan a insultar a medio mundo, incluso a los que les decimos que por favor lean y después lo discutimos.
Se acabó el Estado paternal, sólo quedan estados-madres, que no no amenazan a nadie, sino que seducen y amamantan. La opinión pública no está obligada a la coherencia, es volátil, dominada por la emotividad, pero es inevitable, reina, no gobierna; es más temible seguirla que ignorarla.